Estás dispuesto a los grandes cambios de paradigmas o ruptura con los viejos esquemas. Tu mente ágil y rebelde se abre a la novedad y arrasa con lo caduco. A tu paso todo deberá ajustarse a tales cambios, porque eres quien promueve reformas, quien no acepta el estatismo ni la rutina. Esto implica mucha responsabilidad porque promueve ajustes, transformaciones y adaptaciones en los otros, en las instituciones y en las ideas, lo cual no suele ser fácil ni rápido. Además que necesitas ser muy claro y capaz de preparar a los demás en función del derrumbe de lo viejo y reestablecer el orden después de promover un caos temporal. Tu vida inestable y llena de escollos te lleva a superar retos y adaptarte a permanentes cambios. La falta de seguridad te mantiene bajo tensión estresante. Necesitas moverte con rapidez y precaución, acciones que no siempre se logran coordinar y requieren inteligencia y adaptabilidad.
Eres un promotor de lo nuevo, quien derrumba viejas estructuras y abre el camino para que otros avancen. Si te acompañan la lógica y la apertura mental, podrás ver realizados lo nuevos proyectos y disfrutar de ellos. De lo contrario, esta energía será mal canalizada y los cambios serán drásticos, a veces destructivos y puedes terminan aplastado por la torre que tú mismo ha derrumbado. Una Torre mal manejada, es decir, si aparece invertida o mal aspectada, además advierte que la persona no está logrando aprender aquello que la crisis le vino a mostrar. Que sufre los embates de una caída, sin que llegue a entender las señales y enseñanzas que esta crisis le trae.
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